lunes, 7 de mayo de 2007

El cielo juega con enganche clasico!!!




Nunca jugo en un grande, nunca salio campeón de primera, ni de ninguna copa internacional, pero cualquier futbolero de ley sabe bien quien es Garrafa Sánchez, José Luís de nacimiento, Garrafa o Loco por adopción de la gente.
Ese típico gordito pelado que en cualquier potrero es el destinatario de todas las patadas, quizás fue como dijo Alejandro Fabbri un jugador que nació en otra época, porque Garrafa era distinto, era un 10 para jugar. El fútbol moderno no le sentaba bien, ya que no tenia un prototipo físico para correr a 100 Km. x hora, pero tenia una mente apta para pensar a 10000 Km. x hora, era la luz de ventaja que tenia sobre sus rivales.
Era distinto Garrafa, vaya si lo era, que con 27 años recién tuvo la oportunidad de debutar en primera, jugando para Banfield … unos años atrás la tuvo, pero su pasión por las motos hicieron q Bilardo ¡no lo acepte en Boca! Según el esa moto era su único medio de transporte, según Bilardo, José lo paso a toda velocidad por la autopista y eso no era digno de un jugador profesional (?).
José Luís nació el 26 de mayo de 1974 en la villa La Jabonera, de La Tablada. Terminó la primaria y largó los libros como tantos chicos de la villa. "Todos esos pibes que se criaron conmigo ya no están porque se los llevó la falopa o la policía", admitía el Loco.
Debuto en el club de sus amores, Laferrere, a los 18 años, nada mas y nada menos que en un clásico contra Alte Brown y reemplazando al lateral izquierdo, y en una jugada en el área propia tiro un caño y salio jugando, años mas tarde reconocería que si hubiese salido mal quizás nunca mas lo hubiesen puesto.
Tan loco como cualquier genio, muchas veces el fanatismo le jugaba en contra como esa vez que le pego a un rival en el calentamiento previo a otro clásico, solo porque desde la hinchada le gritaban que lo haga.
Pero las mejores locuras las hizo dentro de la cancha, jugando en El Porve ascendió a la B Nacional, se fue a Uruguay a jugar en Bella Vista pero no soporto estar lejos de su anciano padre y volvió ala Argentina, donde Cachin Blanco lo trajo a Banfield, y a partir de allí comenzó el mito.
Garrafa demostró ser el típico jugador ambivalente que pasa del amor al odio y viceversa en segundos, ese jugador que todo rival putea o hasta menosprecia cuando lo tiene que enfrentar, pero que termina reconociendo que le gustaría tener a su favor. Y nunca se achico en las difíciles. En Banfield la rompió de tal manera que la gente coreaba partido a partido el “borombonbom borombonbom para Garrafa la Selección” … y con solo una temporada en el club le regalaba a los hinchas el ascenso a Primera y era ascendido ala categoría de D10S para cualquier hincha del taladro.
En el primer año del taladro en Primera lucho contra la tan nombrada muerte del enganche y pese a que el equipo luchaba por no descender y eran habituales los planteos defensivos de Luís Garisto, Garrafa cada vez que entraba dejaba su marca, ya sea con un penal, un gol, un caño, o con ese mágico tiro libre que salio de su guante, perdón, de su zurda en la ultima fecha contra Independiente, que se coló en el ángulo de Sala, y no solo aseguro la permanencia de Banfield, sino que mando a Lanús, eterno rival a jugar la promoción. También apareció en un clásico contra Lanús poniendo otro guantazo para que Santiago Rodríguez convierta de cabeza y Banfield gane el clásico de visitante.
Pero si hay una hinchada que temblaba al ver la calva brillar al sol es seguramente la de Quilmes… el solo nombrar a Garrafa causaba pavor en cualquier hincha cervecero. José Luís la rompió en la final del ascenso ante Quilmes, y en primera se canso de hacerlos sufrir… ¿quien puede olvidar ese miércoles por la tarde en el Sola, cuando el taladro perdía 1 a 0, el 10 salio a calentar y la parcialidad cervecera enmudeció? Obviamente entro Garrafa, de un centro suyo nació en empate y de penal se encargo él mismo de darle la victoria a su hinchada, esa hinchada que lo adopto como propio, que lo ama y lo idolatra ya como uno de los máximos ídolos del club, esa hinchada para la que el es D10S!
Loco de buen corazón nunca falto a los partidos a beneficio que organizaba Zanetti, y en uno de esos lo gastaba al Pupi porque tenía unas zapatillas carisimas, tanto que Javier se las regalo. Camino a casa Garrafa se encontró con un muchacho de su barrio que andaba descalzo, abrió su bolso y le dejo las zapatillas de Zanetti.
Típico mañero, que esconde la pelota cuando va ganando, que inventa faltas y saca de quicio al rival mas paciente, típico jugador de potrero al que los caños le del alma, que era capaz de gambetear tres veces al mismo rival.
Un loco lindo, con sus principios bien claros: "Los que pegan patadas tienen más suerte que yo. Me amonestan por festejar un gol, por adelantar la pelota en un tiro libre, pero nunca por pegarle a otro jugador. Voy a un partido a divertirme".
“Si alguno se enoja porque le tiro un caño no lo entiendo, es mi forma de jugar para beneficio del equipo y alegría de la gente que gusta del buen juego. Muchos no se animan a tirar rabonas y tacos por miedo a que les digan algo. Se critica al que hace jueguito y no al que tira una patada en la nuca", decía Garrafa.
La llegada de Falcioni le quito lugar en Banfield y lo condeno al olvido, pero nunca ningún hincha de Banfield se olvidara de él, ni del día que jugo contra Caracas por la Libertadores, día que a mas de un banfileño le brotaron lagrimas de los ojos al ver entrar a su D10S a jugar la COPA.
Culpa de algún dirigente que poco sabe de pasión Garrafa se fue de Banfield por la puerta de atrás, y volvió a Lafe, a ese Lafe donde también es amo y señor, y que era una de sus pasiones… ¿la otra? Las motos, y una moto fue quien lo llevo de este mundo, en un trágico accidente, Garrafa intento una locura, un lujo, algo que quizás para un motoquero sea comparado con un caño o una gambeta, y tras intentar una pirueta sufrió un accidente que le quito la vida un triste domingo 7 de enero de 2006.
Muchas lagrimas se derramaron en recuerdo de este fenómeno, de este astro de carne y hueso, que no era mas que una persona común, capaz de quedarse hablando con un pibe, sacarse fotos y firmar autógrafos, capaz de jugar en el Monumental como si estuviera en el patio de la casa, este fenómeno que era un diez, un diez para jugar! Un diez para divertir al publico y del tipo de diez que ya no quedan.
Quizás fue uno de los últimos exponentes del potrero, quizás fue el potreo mismo, acá abajo tipos como Dolina o el Ruso Verea lo idolatraban, allá arriba Dios, San Pedro y varios mas deben estar divirtiéndose mientras lo ven jugar, porque el equipo del cielo juega con enganche clásico!!!


¡Gracias a Dios por haberme permitido ver a D10S, por dejarme tener su foto y su autógrafo, gracias a D10S por tantas alegrías, por tantas risas, por ser el símbolo de mi fútbol!


eL mOnO

4 comentarios:

Prismatico dijo...

Todo un crack, tienes su autografo, muestralo, salu2 futboleros

Anónimo dijo...

Gárrafa era de esos jugadores que enaltecían al juego, que la pisaba, la trataba bien. Respondía a esa clase de jugadores que podríamos llamar como "futbolistas por vocación". Un tipo muy querido, creo que ese es el mayor legado que dejó. Una pena cómo murió. Pero sin dudas, siempre estará en el corazón de quienes lo conocieron y lo vieron jugar. Lindo post. Muy emotivo.

Carlos Cruz dijo...

Hola, me gustaría ponerme en contacto con el administrador del blog.

Mi email: carloscruz.omr@gmail.com

Un saludo y enhorabuena por el blog.

Anónimo dijo...
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